viernes, 24 de junio de 2011

Aquel maravilloso día 26

          Despierto con ganas mientras recuerdo toda la fiesta en aquel antro, estando todo el rato a su lado, con unas cuantas risas y unos roces de más, notando su maravillosa piel con un aroma único y una suavidad especial, y mientras tanto un par de miradas y me llevas a bailar, tú con felicidad, yo con pasión, haciendo así un ambiente único. Ahí de vez en cuando te miraba a esos maravillosos ojos color café que desprendían tal felicidad bailada, esa felicidad que consiguió conquistarme, esa que se me pega siempre que te miro, esa tan especial. Más tarde bajo la mirada a tu maravillosa boca, esa que desprende un poco de timidez y a la vez soltura, esa que cuando suelta una sonrisa pícara puede hacer que dulces mariposas recorran todo mi cuerpo, esa con la que tanto sueño poder tocar.
          Mientras recuerdo esa noche y algunos momentos más, pienso que cada día quiero estar más cerca de ti, que cada vez me enamoras un poco más, sintiendo cómo todo gira en torno a ti. Así que esta noche hagamos otra fiesta, una fiesta en la que solo podamos entrar dos personas, ahí bailemos y más tarde vayamos a tirarnos al césped, donde se vean absolutamente todas las estrellas y en cada estrella fugaz pidamos un solo deseo, para que así, cuando se cumpla, pueda ser la persona más feliz del mundo a tu lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario